domingo, 4 de octubre de 2009

primer mes


Este domingo cumplimos un mes. Aunque hacerlo no supone un hito, es obvia la repercusión que la llegada de Ana ha tenido en nuestras vidas.

Conociéndome, nunca he pensado que fuera un gran padre. No cumplo con muchos de los requisitos; madurez, paciencia. Cristina que me conoce bien, lo sabe.

Haciendo balance de este último mes hay cosas mejores y peores.
Es realmente frustrante no poder entender a tu hija, lo cual es razonable teniendo en cuenta que no habla. Lo peor no es que llore, es no saber como consolarla o que es lo que quiere. Dudar entre si le duele la tripa o simplemente quiere que la acunes, es peor que la peor de las dudas a las que me enfrenté en un examen.

Hay cosas buenas. Es fantástico que te devuelva la mirada.
El pensamiento recurrente cada vez que lo hace es pensar que algún día hablaremos, que su cerebro se está formando, que está aprendiendo pasito a pasito.

Después de un mes, lo que quizás me maraville más de Ana es su potencial. Asumo que los sentimientos que tengo hacia ella son fruto del instinto. No me parece que los bebes sean objetivamente guapos, aunque estamos preparados para pensar que si lo son, de ahí que todos pensemos que el nuestro es especialmente encantador. No tiene ninguna capacidad útil, obviando la de conseguir que dos adultos, su madre y yo, obedezcamos sus dictados como si nos fuera la vida en ello. Sin embargo cada vez que la miro me maravillo, de forma proporcional a su indefensión, de su potencial.

No se trata de pensar que será astronauta, solo el hecho de pensar en su futura capacidad de relación, en la cantidad de experiencias que puede llegar a reunir, provoca cierto regocijo.

Es algo común a todos los bebes que creo que no percibes totalmente hasta que convives con uno.

Después de estas acertadas reflexiones lo más acertado quizás sea analizar los pormenores de ser papa.

Si alguna vez eres padre y tienes un bebe; pensarás que su capacidad de hacer caca, y de que esta salga disparada, es un superpoder.
Da igual que lleve puesto el pañal, la caca de mi hija dobla las esquinas.
Es increíble el olor que consigue con unos pocos milímetros cúbicos.
Te vas a preguntar como puede ser que no hable si consigue llorar con esa frecuencia e intensidad.
Cómo puede ser que estuviese llorando como poseída y una centésima de segundo después, con una teta en la boca, te mire con esa mirada bovina de felicidad.
Y viceversa.
No vas a entender porque el concepto de cambiar de postura para un bebe está tan próximo al concepto de suicidarse.
El área de una esfera es 4(pi·R^2), esas son las posiciones que vas a probar hasta que el bebe se encuentre cómodo.
No sabrás por qué cuando menos gracia tiene la cosa, te mira y se ríe.
Te preguntas que cojones hay en esa pared blanca y lisa para pasarse mirando 5 minutos un punto en el infinito y no hacerte ni caso a ti que llevas 5 minutos haciendo el idiota al otro lado.
Por qué narices se calman cuando les meneas y se ponen nerviosos cuando les hablas calmado.
Te preguntarás por qué la quieres si se ha cagado en tu mano, se acaba de mear en el pañal limpio y encima llora como loca porque no todavía no le están dando la teta.

Te preguntarás porque se lo dices tanto si no te entiende, ni aunque le hables despacio.

En definitiva, feliz cumplemes preciosa.
Tu papi que te quiere.

2 comentarios:

  1. Me sumo a las felicitaciones para Ana, y para sus padres.

    Grande, Cristóbal, me he sentido identificado en muchas de tus reflexiones.

    Un abrazo!

    Txomer.

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  2. Muchas gracias.
    Espero que vosotros estéis disfrutando tanto como nosotros, la verdad es que es una pasada.

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