martes, 23 de agosto de 2011

Una de las cosas que se aprende haciendo fotografías es que en muchos casos no puedes volver atrás. Muchas fotos esperan solo un instante para desaparecer, por lo que es necesario estar preparado para disparar.
Es extremadamente frustrante perder una foto porque ese segundo que has visto pasar no va a volver jamás. Lo peor es que en tu cabeza las fotos funcionan diferente a en la realidad, por lo que, aunque si hubiéramos hecho la foto no hubiera sido gran cosa tienes la sensación de que se te ha escapado una obra maestra.
A veces esos instantes te persiguen y torturan durante una buena temporada.
Recuerdo un beso de una pareja hace algunos meses en opera que hubiera sido una foto fantástica. Los 6 segundos que tarde en sacar la cámara fueron demasiado.
Por fortuna, la memoria no funciona tan bien (si lo hiciera quizás yo no necesitara la fotografía) y se tienden a olvidar estos instantes tarde o temprano.



Es cierto que si haces fotografía de paisaje, arquitectura, etc. uno tiende a pensar que la situación no es la misma, pero la luz puede cambiar o un molesto sujeto se puede interponer entre la cámara y la foto.
Por eso, quizás el siguiente punto sería.

-Siente. Estate siempre preparado y ante la duda, dispara.

1 comentario:

  1. Llevar siempre la escopeta cargada... pues toda la razón!

    singular el paralelismo de la fotografía en la vida... uno tiene que estar listo para en cualquier momento pasar a la acción, que cuando surge la oportunidad si uno está lento puede ser que luego le pese.

    Por cierto, la foto que dices de ópera no llegarías a sacarla pero puedo imaginármela en mi cabeza.

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